El dios Hapi, símbolo de abundancia y fertilidad |
La ciudad de Heracleion, mencionada por el historiador griego Heródoto en el siglo quinto, fue devorada por las aguas hace 1500 años. El escritor heleno había descubierto a dicha ciudad como “cuna de grandes fortunas”. Ahora, gracias a una excavación submarina, ese reino submarino vuelve a resurgir.
En Heracleion es donde Helena de Troya, junto a su amante troyano París, viajaron de travesía de enamorados. Y con ella se topó, accidentalmente, el arqueólogo marino francés Franck Goddio, cuando halló en las profundidas unas llamativas reliquias. Se trata, ahora sabemos, de uno de los hallazgos más importantes del siglo 21.
Goddio se encontraba buscando en el Nilo barcos de guerra de Napoleón, perdidos desde la batalla que tuvo lugar en ese río en 1798. En esa ocasión, el líder francés fue derrotado en esas mismas aguas por el almirante Nelson. Para sorpresa del arqueólogo, lo que apareció en esos fondos fue una ciudad hundida.
Entre el meterial encontrado se hallan las colosales estatuas de la diosa egipcia Isis y del dios Hapi, así como de un faraón egipcio no identificado, todos ellas preservadas en excelentes condiciones. Junto a estas estatuas de varios metros de altura aparecieron cientas de estatuas más pequeñas de dioses egipcios, entre los que estaban las figuras que protegían al templo en el que Cleopatra fue nombrada Reina del Nilo. Aparecieron también decenas de sarcófagos habitados por momias y animales momificados – honores rituales a Amun-Gereb, suprema divinidad egipcia -, así como amuletos, objetos religiosos y todo tipo de adornos para adorar a Isis, Osiris y Horus.
Una columna con jeroglíficos, encaragada por Nectanebo I (378-362 a.C) |
La evidencia demuestra que Heracleion cayó a su tumba acuática entre el siglo 6 y el 7 después de Cristo. Ahora, gracias a este hallazgo, podremos saber más de ese mundo antiguo, dado que entre los descubrimientos perfectamente conservados también hay columnas, inscritas con jeroglíficos. Una ventana hacia la historia sin precedentes.
Las increíbles estatuas submarinas, muy bien preservadas |